Navegamos de allí al día siguiente y llegamos frente a Quío. Al otro día, atracamos en Samos, y llegamos a Mileto al próximo día,
Desde allí zarpamos al día siguiente y llegamos frente a Quío. Al otro día cruzamos en dirección a Samos, y un día después llegamos a Mileto.
Al día siguiente, el barco pasó frente a la isla Quío, y un día más tarde llegamos al puerto de Samos, porque Pablo no quería pasar a Éfeso ni perder mucho tiempo en la provincia de Asia. Lo que deseaba era llegar lo más pronto posible a la ciudad de Jerusalén, para estar allá en el día de Pentecostés. Seguimos navegando, y un día después llegamos al puerto de Mileto.
Al día siguiente nos hicimos a la mar y llegamos a la altura de Quíos; al otro día atracamos en Samos y, después de hacer escala en Trogilión, llegamos al día siguiente a Mileto.
Navegando de allí, al día siguiente llegamos delante de Quío, y al otro día tomamos puerto en Samos; y habiendo hecho escala en Trogilio, al día siguiente llegamos a Mileto.
Y navegando de allí, al día siguiente llegamos delante de quíos, y al otro día tomamos puerto en Samos; y habiendo reposado en Trogilio, al día siguiente llegamos a Mileto.