Cuando llegamos a Jerusalén, los creyentes nos recibieron calurosamente.
Cuando llegamos a la ciudad de Jerusalén, los miembros de la iglesia nos recibieron con mucha alegría.
Llegados a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con alegría.
Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con gozo.
Y cuando llegamos a Jerusalem, los hermanos nos recibieron con gozo.