Cuando ya iba a ser metido en la fortaleza, Pablo dijo al tribuno: —¿Se me permite decirte algo? Y él dijo: —¿Sabes griego?
Cuando los soldados estaban a punto de meterlo en el cuartel, Pablo le preguntó al comandante: --¿Me permite decirle algo? --¿Hablas griego? --replicó el comandante--.
Los soldados ya iban a meter a Pablo en la cárcel, cuando él le preguntó al jefe de ellos: —¿Podría hablar con usted un momento? El jefe, extrañado, le dijo: —No sabía que tú hablaras griego.
Cuando iban ya a meterle en el cuartel, Pablo dijo al tribuno: «¿Me permites decirte una palabra?» El le contestó: «Pero, ¿sabes griego?
Cuando comenzaron a meter a Pablo en la fortaleza, dijo al tribuno: ¿Se me permite decirte algo? Y él dijo: ¿Sabes griego?
Y cuando estaban por meter a Pablo en la fortaleza, dijo al tribuno: ¿Me permites decirte algo? Y él dijo: ¿Sabes griego?