Entonces dijo Pablo: —A la verdad, yo soy judío, ciudadano de Tarso de Cilicia, una ciudad no insignificante. Y te ruego, permíteme hablar al pueblo.
--No, yo soy judío, natural de Tarso, una ciudad muy importante de Cilicia --le respondió Pablo--. Por favor, permítame hablarle al pueblo.
Pablo contestó: —No. Yo soy judío y nací en Tarso, una ciudad muy importante de la provincia de Cilicia. ¿Me permitiría usted hablar con la gente?
Pablo dijo: «Yo soy un judío, de Tarso, ciudadano de una ciudad no oscura de Cilicia. Te ruego que me permitas hablar al pueblo.»
Entonces dijo Pablo: Yo de cierto soy hombre judío de Tarso, ciudadano de una ciudad no insignificante de Cilicia; pero te ruego que me permitas hablar al pueblo.
Entonces Pablo le dijo: Yo de cierto soy hombre judío, de Tarso, ciudad no insignificante de Cilicia; y te ruego que me permitas hablar al pueblo.