A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: 'Sé valiente, Pablo, pues así como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma.'
A la noche siguiente el Señor se apareció a Pablo, y le dijo: '¡Ánimo! Así como has dado testimonio de mí en Jerusalén, es necesario que lo des también en Roma.'
A la noche siguiente, el Señor Jesús se le apareció a Pablo y le dijo: «Anímate, porque así como has hablado de mí en Jerusalén, también lo harás en Roma.»
A la noche siguiente se le apareció el Señor y le dijo: «¡Animo!, pues como has dado testimonio de mí en Jerusalén, así debes darlo también en Roma.»
A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma.
Y la noche siguiente, se le presentó el Señor, y le dijo: Ten ánimo, Pablo; que como has testificado de mí en Jerusalem, así es necesario que testifiques también en Roma.