Al día siguiente, mientras éramos sacudidos por una furiosa tempestad, comenzaron a aligerar la carga;
Al día siguiente, dado que la tempestad seguía arremetiendo con mucha fuerza contra nosotros, comenzaron a arrojar la carga por la borda.
Al día siguiente la tempestad empeoró, por lo que todos comenzaron a echar al mar la carga del barco.
Y como el temporal seguía sacudiéndonos furiosamente, al día siguiente aligeraron la nave.
Pero siendo combatidos por una furiosa tempestad, al siguiente día empezaron a alijar,
Y siendo azotados por una vehemente tempestad, al día siguiente alijaron la nave;