Pero como los judíos se oponían, yo me vi forzado a apelar al César, no porque tenga de qué acusar a mi nación.
Cuando los judíos se opusieron, me vi obligado a apelar al emperador, pero no porque tuviera alguna acusación que presentar contra mi nación.
Pero como los judíos que me acusaban querían matarme, tuve que pedir que el emperador de Roma se hiciera cargo de mi situación. En realidad, no quiero causarle ningún problema a mi pueblo.
Pero como los judíos se oponían, me vi forzado a apelar al César, sin pretender con eso acusar a los de mi nación.
Pero oponiéndose los judíos, me vi obligado a apelar a César; no porque tenga de qué acusar a mi nación.
Pero contradiciendo los judíos, me vi obligado a apelar a César; no que tenga de qué acusar a mi nación.