Pero, ya que veían de pie con ellos al hombre que había sido sanado, no tenían nada que decir en contra.
Además, como vieron que los acompañaba el hombre que había sido sanado, no tenían nada que alegar.
Y no podían acusarlos de nada porque allí, de pie junto a ellos, estaba el hombre que había sido sanado.
y al mismo tiempo veían de pie, junto a ellos, al hombre que había sido curado; de modo que no podían replicar.
Y viendo al hombre que había sido sanado, que estaba en pie con ellos, no podían decir nada en contra.
Y viendo al hombre que había sido sanado, que estaba con ellos, no podían decir nada en contra.