Y puesto de rodillas clamó a gran voz: —¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado! Y habiendo dicho esto, durmió.
Luego cayó de rodillas y gritó: --¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado! Cuando hubo dicho esto, murió.
Luego cayó de rodillas y gritó con todas sus fuerzas: «Señor, no los castigues por este pecado que cometen conmigo.» Y con estas palabras en sus labios, murió.
Después dobló las rodillas y dijo con fuerte voz: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado.» Y diciendo esto, se durmió.
Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.
Y arrodillándose, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.