pronunciarás esta sentencia contra el rey de Babilonia, y dirás: '¡Cómo ha cesado el opresor; cómo ha cesado la prepotencia!
pronunciarán esta sátira contra el rey de Babilonia: ¡Hay que ver cómo terminó el opresor, y cómo acabó su furia insolente![1]
Entonces nos burlaremos del rey de Babilonia y le cantaremos este poema: «¡Qué mal que te fue, tirano! ¡Mira en qué terminó tu orgullo!
dirigirás esta sátira al rey de Babilonia. Dirás: ¡Cómo ha acabado el tirano, cómo ha cesado su arrogancia!
pronunciarás este proverbio contra el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo paró el opresor, cómo acabó la ciudad codiciosa de oro!
que levantarás este proverbio sobre el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo cesó el opresor, cómo cesó la ciudad codiciosa del oro!