Aun los cipreses y los cedros del Líbano se alegraron a causa de ti, diciendo: ‘Desde que tú pereciste, no ha subido contra nosotros el talador.’
Hasta los pinos y cedros del Líbano se burlan de ti y te dicen: 'Desde que yaces tendido, nadie viene a derribarnos.'
Hasta los pinos y los cedros del Líbano se alegran de tu ruina y dicen: “Rey de Babilonia, ya fuiste derrotado; ahora nadie volverá a derribarnos”.
Hasta los cipreses se alegran por ti, los cedros del Líbano: «Desde que tú has caído en paz, no sube el talador a nosotros.»
Aun los cipreses se regocijaron a causa de ti, y los cedros del Líbano, diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido cortador contra nosotros.
Aun los cipreses se regocijaron de ti, y los cedros del Líbano, diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido cortador contra nosotros.