Dejad de confiar en el hombre, cuyo hálito está en su nariz; pues, ¿de qué estima es digno?
¡Dejen de confiar en el hombre, que es muy poco lo que vale! ¡Su vida es un soplo nada más!
»Por eso, ¡dejen de confiar en su propio poder, porque tarde o temprano todos van a morir!»
Desentendeos del hombre, en cuya nariz sólo hay aliento, porque ¿qué vale él?
Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?
Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?