Ningún morador dirá: 'Estoy enfermo.' Al pueblo que habite en ella le será perdonada su iniquidad.
Ningún habitante dirá: 'Estoy enfermo'; y se perdonará la iniquidad del pueblo que allí habita.
Pero Dios perdonará los pecados de los habitantes de Jerusalén. Ninguno de ellos volverá a decir: “Siento que me muero”».
y no dirá ningún habitante: «Estoy enfermo»; al pueblo que allí mora le será perdonada su culpa.
No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad.
No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad.