Entonces el Rabsaces se puso de pie y gritó a gran voz en hebreo, diciendo: —¡Oíd las palabras del gran rey, el rey de Asiria!
Dicho esto, el comandante en jefe se puso de pie y a voz en cuello gritó en hebreo: ¡Oigan las palabras del gran rey, el rey de Asiria!
Después el oficial asirio se puso de pie y gritó muy fuerte en hebreo: «Escuchen lo que dice el gran rey de Asiria:
Se puso en pie el copero mayor y gritó con gran voz en lengua judía, diciendo: «Escuchad las palabras del gran rey, el rey de Asur.
Entonces el Rabsaces se puso en pie y gritó a gran voz en lengua de Judá, diciendo: Oíd las palabras del gran rey, el rey de Asiria.
Se puso luego en pie Rabsaces, y gritó a grande voz en lengua judaica, diciendo: Oíd las palabras del gran rey, el rey de Asiria.