¿Con quién compararán a Dios? ¿Con qué imagen lo representarán?
»A Dios no podemos compararlo con nada ni con nadie. No puede ser representado con ninguna imagen. Los escultores fabrican estatuas, los joyeros las recubren de oro y les ponen cadenitas de plata. Los que no tienen dinero buscan un palo que no se pudra y se lo llevan a un artesano; pero este, por más hábil que sea, hace un ídolo que ni pararse puede. ¡Pero a Dios no podemos compararlo con ninguna de estas imágenes!
Pues ¿con quién asemejaréis a Dios, qué semejanza le aplicaréis?
¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis?
¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis?