Miré, y no había ninguno. Entre ellos no había consejeros a quienes les preguntara para que me dieran respuesta.
Miro entre ellos, y no hay nadie; no hay entre ellos quien aconseje, no hay quien me responda cuando les pregunto.
»Miro a mi alrededor, y no veo ningún otro dios. Si les pregunto algo, no pueden responderme, ¡y mucho menos instruirme!
Miré, y no había nadie; entre éstos no había consejeros a quienes yo preguntara y ellos respondieran.
Miré, y no había ninguno; y pregunté de estas cosas, y ningún consejero hubo; les pregunté, y no respondieron palabra.
Miré, y no había ninguno; y pregunté de estas cosas, y ningún consejero hubo; les pregunté, y no respondieron palabra.