El hijo del extranjero que se ha adherido a Jehovah no hable diciendo: 'Sin duda, Jehovah me separará de su pueblo.' Tampoco diga el eunuco: 'He aquí, yo soy un árbol seco.'
El extranjero que por su propia voluntad se ha unido al Señor, no debe decir: 'El Señor me excluirá de su pueblo.' Tampoco debe decir el *eunuco: 'No soy más que un árbol seco.'
»Si un extranjero me adora, no tiene por qué decir: “Dios me apartará de su pueblo”. El hombre que no puede tener hijos tampoco debe decir: “Yo parezco un árbol seco”.
Que el extranjero que se adhiera a Yahveh, no diga: «¡De cierto que Yahveh me separará de su pueblo!» No diga el eunuco: «Soy un árbol seco.»
Y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco.
Y el hijo del extranjero, que se ha adherido a Jehová, no hable diciendo: Jehová me apartará totalmente de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco.