Con tanto caminar te cansaste, pero no dijiste: ‘¡Estoy rendida!’ Hallaste mucha vitalidad, por lo cual no desfalleciste.
De tanto andar te cansaste, pero no dijiste: Hasta aquí llego. Lograste renovar tus fuerzas; por eso no desmayaste.
Caminan y caminan para adorar a sus dioses, y parecen no cansarse. ¿Para qué tantas peregrinaciones, si todo eso es inútil?
De tanto caminar te cansaste, pero sin decir: «Me rindo.» Hallaste el vigor de tu mano, y así no quedaste debilitada.
En la multitud de tus caminos te cansaste, pero no dijiste: No hay remedio; hallaste nuevo vigor en tu mano, por tanto, no te desalentaste.
En la multitud de tus caminos te cansaste, mas no dijiste: No hay esperanza; hallaste la vida de tu mano, por tanto no te arrepentiste.