Los umbrales de las puertas se estremecieron con la voz del que proclamaba, y el templo se llenó de humo.
Al sonido de sus voces, se estremecieron los umbrales de las puertas y el templo se llenó de humo.
Mientras ellos alababan a Dios, temblaban las puertas del templo, y este se llenó de humo.
Se conmovieron los quicios y los dinteles a la voz de los que clamaban, y la Casa se llenó de humo.
Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.
Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.