Nunca más se oirá de violencia en tu tierra, ni de destrucción y ruina en tus territorios. Más bien, a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas Alabanza.
Ya no se sabrá de violencia en tu tierra, ni de ruina y destrucción en tus fronteras, sino que llamarás a tus muros *Salvación, y a tus puertas, Alabanza.
»Nunca más se oirá en Israel el ruido de la violencia, ni habrá destrucción ni ruina: a las murallas de Jerusalén las llamarán “Salvación”, y a sus portones “Alabanza”.
No se oirá más hablar de violencia en tu tierra, ni de despojo o quebranto en tus fronteras, antes llamarás a tus murallas «Salvación» y a tus puertas «Alabanza».
Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción ni quebrantamiento en tu territorio, sino que a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas Alabanza.
Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción ni quebrantamiento en tus términos; sino que a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas Alabanza.