¡Ojalá rasgaras los cielos, y descendieras! ¡Las montañas temblarían ante ti,
El pueblo de Israel continuó su oración: «¡Dios nuestro, cómo quisiéramos que abrieras el cielo y bajaras, haciendo temblar las montañas con tu presencia! Así tus enemigos te reconocerían como el único Dios. »¡Cómo quisiéramos que bajaras como el fuego que hace hervir el agua y quema la paja! Así las naciones temblarían ante ti.
como prende el fuego en la hojarasca, como el fuego hace hervir al agua - para dar a conocer tu nombre a tus adversarios, y hacer temblar a las naciones ante ti,
¡Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes,
¡OH si rompiese los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes,