Descendiste, haciendo cosas temibles que no esperábamos; ante tu presencia temblaron los montes.
Hiciste portentos inesperados cuando descendiste; ante tu presencia temblaron las montañas.
»Tus terribles hechos nos dejaron sorprendidos; por eso hasta las montañas temblaron ante ti.
Nunca se oyó. No se oyó decir, ni se escuchó, ni ojo vio a un Dios, sino a ti, que tal hiciese para el que espera en él.
Cuando, haciendo cosas terribles cuales nunca esperábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti.
Cuando, haciendo cosas terribles, cual nunca esperábamos, descendiste; ante tu presencia se deslizaron los montes.