Isaías 64:7

No hay quien invoque tu nombre ni se despierte para asirse de ti. Ciertamente escondiste tu rostro de nosotros y nos has entregado al poder de nuestras iniquidades.

Otras versiones de la Biblia

Nadie invoca tu nombre, ni se esfuerza por aferrarse a ti. y nos has entregado[2] en poder de nuestras iniquidades.

- Versão NVI-ES (Nueva Version Internacional)

No hay nadie que te adore ni haga nada para apoyarse en ti. Somos unos malvados; por eso te has escondido y nos has abandonado.

- Versão TLA (Traducción en Lenguaje Actual)

Pues bien, Yahveh, tú eres nuestro Padre. Nosotros la arcilla, y tú nuestro alfarero, la hechura de tus manos todos nosotros.

- Versão BJ-ES (Biblia de Jerusalen)

Nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para apoyarse en ti; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.

- Versão RVR60 (Reina Valera 1960)

Y nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para asirse de ti; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.

- Versão RVR04 (Reina Valera 2004)

Contexto del verso

  • 6
    Todos nosotros somos como cosa impura, y todas nuestras obras justas son como trapo de inmundicia. Todos nosotros nos hemos marchitado como hojas, y nuestras iniquidades nos han llevado como el viento.
  • 7
    No hay quien invoque tu nombre ni se despierte para asirse de ti. Ciertamente escondiste tu rostro de nosotros y nos has entregado al poder de nuestras iniquidades.
  • 8
    Pero ahora, oh Jehovah, tú eres nuestro Padre. Nosotros somos el barro, y tú eres nuestro alfarero; todos nosotros somos la obra de tus manos.

Imagen del verso

No hay quien invoque tu nombre ni se despierte para asirse de ti. Ciertamente escondiste tu rostro de nosotros y nos has entregado al poder de nuestras iniquidades. - Isaías 64:7