No te enojes sobremanera, oh Jehovah, ni guardes para siempre memoria de la iniquidad. Por favor, mira; todos nosotros somos tu pueblo.
No te enojes demasiado, Señor; no te acuerdes siempre de nuestras iniquidades. ¡Considera, por favor, que todos somos tu pueblo!
»Dios, no te enojes demasiado ni te acuerdes todo el tiempo de nuestros pecados: ¡mira que somos tu pueblo!
Tus ciudades santas han quedado desiertas, Sión desierta ha quedado, Jerusalén desolada.
No te enojes sobremanera, Jehová, ni tengas perpetua memoria de la iniquidad; he aquí, mira ahora, pueblo tuyo somos todos nosotros.
No te enojes sobremanera, oh Jehová, ni tengas perpetua memoria de la iniquidad; he aquí mira ahora, pueblo tuyo somos todos nosotros.