Todo calzado del que marcha con estruendo y el manto revolcado en sangre serán para quemar, pasto para el fuego.
Todas las botas guerreras que resonaron en la batalla, y toda la ropa teñida en sangre serán arrojadas al fuego, serán consumidas por las llamas.
Tú echarás al fuego las botas de los soldados y sus ropas manchadas de sangre.
Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre «Maravilla de Consejero», «Dios Fuerte», «Siempre Padre», «Príncipe de Paz».
Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego.
Porque toda batalla de quien pelea es con estruendo, y con vestidura revolcada en sangre; pero esto será para quema, y pasto para el fuego.