¡Evita que tus pies anden descalzos y que tu garganta tenga sed! Pero dijiste: ‘¡No, es inútil! Porque amo a los extraños, y tras ellos he de ir.’
'No andes con pies descalzos, que te lastimas, ni dejes que la garganta se te reseque. Pero tú insistes: ¡No tengo remedio! Amo a dioses extraños, y tras ellos me iré.
”Ustedes están empeñados en seguir adorando a dioses extraños, pero su terquedad los hará sufrir. Por eso andan descalzos y muriéndose de sed. Ustedes y sus autoridades quedarán avergonzados, como el ladrón cuando es sorprendido.
Guarda tu pie de la descalcez y tu garganta de la sed. Pero tú dices: «No hay remedio: a mí me gustan los extranjeros, y tras ellos he de ir.»
Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños he amado, y tras ellos he de ir.
Defiende tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: Se ha perdido la esperanza; en ninguna manera: porque extraños he amado y tras ellos tengo de ir.