El rey Sedequías dijo: —He allí, él está en vuestras manos. Porque nada puede el rey contra vosotros.
El rey Sedequías respondió: Lo dejo en sus manos. Ni yo, que soy el rey, puedo oponerme a ustedes.
Sedequías les respondió: —Yo soy el rey, pero no voy a oponerme a lo que ustedes decidan. ¡Hagan lo que quieran!
Dijo el rey Sedecías: «Ahí le tenéis en vuestras manos, pues nada podría el rey contra vosotros.»
Y dijo el rey Sedequías: He aquí que él está en vuestras manos; pues el rey nada puede hacer contra vosotros.
Y dijo el rey Sedequías: Helo ahí, en vuestras manos está; que el rey no podrá contra vosotros nada.