Son como caballos bien cebados y fogosos; todos relinchan por la mujer ajena.
Parecen caballos en celo: ¡relinchan de ganas por la mujer ajena!
Son caballos lustrosos y vagabundos: cada cual relincha por la mujer de su prójimo.
Como caballos bien alimentados, cada cual relinchaba tras la mujer de su prójimo.
Como caballos bien alimentados de mañana, cada cual relinchaba a la mujer de su prójimo.