Sus ciudades se han convertido en desolación, en tierra seca y desierta. Es una tierra en la cual nadie habitará; ni hijo de hombre pasará por ella.
Desoladas han quedado sus ciudades: como un sequedal, como un desierto. Nadie habita allí; nadie pasa por ese lugar.
Sus ciudades han quedado vacías; nadie vive en ellas, nadie pasa por allí. ¡Hasta parecen un desierto!
Vinieron a quedar sus ciudades devastadas, tierra reseca y yerma, no vive en ellas nadie, ni discurre por ellas ser humano.
Sus ciudades fueron asoladas, la tierra seca y desierta, tierra en que no morará nadie, ni pasará por ella hijo de hombre.
Sus ciudades fueron asoladas, la tierra seca y desierta, tierra que no morará en ella nadie, ni pasará por ella hijo de hombre.