y curan con superficialidad el quebranto de mi pueblo, diciendo: ‘Paz, paz.’ ¡Pero no hay paz!
Curan por encima la herida de mi pueblo, y les desean: ¡*Paz, paz!, cuando en realidad no hay paz.
Con pañitos de agua tibia pretenden curar las heridas de mi pueblo. Insisten en que todo está bien, cuando en realidad todo está mal.
Han curado el quebranto de mi pueblo a la ligera, diciendo: «¡Paz, paz!», cuando no había paz.
Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.
Y curan el quebrantamiento de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo, Paz, paz; y no hay paz.