Si él destruye, no será edificado de nuevo. Si él cierra ante el hombre, no habrá quien le abra.
Lo que él derriba, nadie lo levanta; a quien él apresa, nadie puede liberarlo.
Si Dios derriba algo, nadie puede volver a levantarlo. Si Dios apresa a alguien, nadie puede ponerlo en libertad.
Si él destruye, no se puede edificar; si a alguno encierra, no se puede abrir.
Si él derriba, no hay quien edifique; /nEncerrará al hombre, y no habrá quien le abra.
He aquí, él derribará, y no será reedificado: Encerrará al hombre, y no habrá quien le abra.