He aquí, aunque él me mate, en él he de esperar. Ciertamente defenderé ante su presencia mis caminos.
¡Que me mate! ¡Ya no tengo esperanza![2] Pero en su propia cara defenderé mi conducta.
El me puede matar: no tengo otra esperanza que defender mi conducta ante su faz.
He aquí, aunque él me matare, en él esperaré; /nNo obstante, defenderé delante de él mis caminos,
He aquí, aunque él me matare, en él esperaré; Pero defenderé delante de él mis caminos.