Tú, en cambio, restas valor al temor a Dios y tomas a la ligera la devoción que él merece.
Tu falta de respeto a Dios hace que otros no lo obedezcan.
¡Tú llegas incluso a destruir la piedad, a anular los piadosos coloquios ante Dios!
Tú también disipas el temor, /nY menoscabas la oración delante de Dios.
Tú también disipas el temor, y menosprecias la oración delante de Dios.