'Dame, oh Dios, la fianza que demandas. ¿Quién más podría responder por mí?
»¡Dios mío, ven a defenderme, pues no hay quien lo haga por mí!
Coloca, pues, mi fianza junto a ti, ¿quién, si no, querrá chocar mi mano?
Dame fianza, oh Dios; sea mi protección cerca de ti. /nPorque ¿quién querría responder por mí?
Determina ahora, dame fianza para contigo: ¿Quién es aquel que me dará su mano?