Pero extiende, pues, tu mano y toca sus huesos y su carne, y verás si no te maldice en tu misma cara.
Pero extiende la mano y hiérelo, ¡a ver si no te maldice en tu propia cara!
Te aseguro que si lo maltratas, ¡te maldecirá en tu propia cara! Dios le dijo:
Pero extiende tu mano y toca sus huesos y su carne; ¡verás si no te maldice a la cara!»
Pero extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.
Mas extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no te blasfema en tu rostro.