Entonces su mujer le dijo: —¿Todavía te aferras a tu integridad? ¡Maldice a Dios, y muérete!
Su esposa le reprochó: ¿Todavía mantienes firme tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete!
Su esposa fue a decirle: —¿Por qué insistes en demostrar que eres bueno? ¡Mejor maldice a Dios, y muérete!
Entonces su mujer le dijo: «¿Todavía perseveras en tu entereza? ¡Maldice a Dios y muérete!»
Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.
Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.