Desde la ciudad gimen los moribundos, y clama el alma de los heridos de muerte. Pero Dios no atiende
De la ciudad se eleva el clamor de los moribundos; la garganta de los heridos reclama ayuda, ¡pero Dios ni se da por enterado!
Maltratados y a punto de morir, gritan desde las ciudades pidiendo la ayuda de Dios, ¡pero él no les hace caso!
Desde la ciudad gimen los que mueren, el herido de muerte pide auxilio, ¡y Dios sigue sordo a la oración!
Desde la ciudad gimen los moribundos, /nY claman las almas de los heridos de muerte, /nPero Dios no atiende su oración.
De la ciudad gimen los hombres, Y claman las almas de los heridos de muerte: Mas Dios no puso estorbo.