Aterrados por su reprensión, tiemblan los pilares de los cielos.
Reprende a las montañas que sostienen el cielo, y las hace temblar de miedo.
Se tambalean las columnas del cielo, presas de terror a su amenaza.
Las columnas del cielo tiemblan, /nY se espantan a su reprensión.
Las columnas del cielo tiemblan, y se espantan a su reprensión.