Después de él ruge el trueno; truena con su majestuosa voz. Cuando se oye su sonido, él no lo detiene.
Sigue luego el rugido majestuoso de su voz; ¡resuena su voz, y no retiene sus rayos!
Mientras se oye su voz poderosa, ¡rayos luminosos cruzan el cielo!
Detrás de él una voz ruge: truena él con su soberbia voz, y sus rayos no retiene, mientras su voz retumba.
Después de ella brama el sonido, /nTruena él con voz majestuosa; /nY aunque sea oída su voz, no los detiene.
Después de ella bramará el sonido, Tronará él con la voz de su magnificencia; Y aunque sea oída su voz, no los detiene.