Dios no depone el enojo; aun *Rahab y sus secuaces se postran a sus pies.
Cuando Dios se enoja, hasta el mar y sus olas se rinden ante él.
Dios no cede en su cólera: bajo él quedan postrados los esbirros de Ráhab.
Dios no volverá atrás su ira, /nY debajo de él se abaten los que ayudan a los soberbios.
Si Dios no retira su ira, Los ayudadores soberbios serán abatidos debajo de él.