¡Ceñíos y haced duelo, oh sacerdotes! ¡Gemid, oh servidores del altar! Venid, dormid sobre cilicio, oh servidores de mi Dios; porque la ofrenda vegetal y la libación han sido quitadas de la casa de vuestro Dios.
Vístanse de duelo y giman, sacerdotes; laméntense, ministros del altar. Vengan, ministros de mi Dios, y pasen la noche vestidos de luto, porque las ofrendas de cereales y las libaciones han sido suspendidas en la casa de su Dios.
»Ustedes, los sacerdotes, que sirven a Dios en el altar, pónganse ropa de luto y pasen la noche llorando, pues ya nadie trae al templo ofrendas de vino y de cereales.
¡Ceñíos y plañid, sacerdotes, gemid, ministros del altar; venid, pasad la noche en sayal, ministros de mi Dios, porque a la Casa de vuestro Dios se le ha negado oblación y libación!
Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación.
Ceñíos y lamentad, sacerdotes; aullad, ministros del altar; venid, dormid en cilicios, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación.