Ante él se estremecen las naciones; todo rostro palidece.
»Estos saltamontes parecen una banda de ladrones, son como un ejército que ataca por sorpresa la ciudad, y siempre ataca de frente. Escalan las murallas, se trepan a las casas, se meten por las ventanas, sin chocar unos con otros. Todos mantienen el paso, jamás rompen la formación, ¡jamás dan un paso atrás! ¡Ni una lluvia de flechas puede hacer que se detengan! Al ver estos saltamontes la gente tiembla y se pone pálida de miedo.
Ante él se estremecen los pueblos, todos los rostros mudan de color.
Delante de él temerán los pueblos; se pondrán pálidos todos los semblantes.
Delante de él temerán los pueblos, se pondrán mustios todos los semblantes.