Y pensé: He sido expulsado de tu presencia. ¿Cómo volveré a contemplar tu santo templo?[1]
»Llegué a pensar que ya no me querías, que no volvería a entrar en tu templo.
Me habías arrojado en lo más hondo, en el corazón del mar, una corriente me cercaba: todas tus olas y tus crestas pasaban sobre mí.
/nEntonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; /nMas aún veré tu santo templo.
Y yo dije: Echado soy de delante de tus ojos: Mas aun veré tu santo templo.