Pero Dios dispuso también, al amanecer del día siguiente, un gusano que atacó la planta de ricino, y ésta se secó.
Pero al amanecer del día siguiente Dios dispuso que un gusano la hiriera, y la planta se marchitó.
Pero después, Dios hizo que un gusano viniera al otro día, y picara la planta. Esta pronto se secó,
Pero al día siguiente, al rayar el alba, Yahveh mandó a un gusano, y el gusano picó al ricino, que se secó.
Pero al venir el alba del día siguiente, Dios preparó un gusano, el cual hirió la calabacera, y se secó.
Mas Dios preparó un gusano al venir la mañana del día siguiente, el cual hirió a la calabacera, y se secó.