Entonces Dios dijo a Jonás: —¿Te parece bien enojarte por lo de la planta de ricino? El respondió: —¡Me parece bien enojarme, hasta la muerte!
Pero Dios le dijo a Jonás: ¿Tienes razón de enfurecerte tanto por la planta? ¡Claro que la tengo! le respondió. ¡Me muero de rabia!
Entonces Dios le preguntó a Jonás: —¿Crees que es justo que te enojes tanto porque se secó esa planta? —Por supuesto que sí —dijo Jonás—. Sin ella, prefiero morirme.
Entonces Dios dijo a Jonás: «¿Te parece bien irritarte por ese ricino?» Respondió: «¡Sí, me parece bien irritarme hasta la muerte!»
Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte.
Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte.