Dicho esto, Josué les dio su bendición y los envió a sus hogares.
»Ustedes regresan ahora con muchas riquezas. Les han quitado a sus enemigos vacas, ovejas, oro, plata, bronce, hierro y gran cantidad de ropa. Compartan todo eso con sus familiares. »Le pido a Dios que los bendiga y los trate bien. Pueden regresar a sus tierras». Las tribus de Rubén y de Gad dejaron a los demás israelitas en Siló, en la región de Canaán, y regresaron a sus territorios. Se fueron a la región de Galaad, que habían conquistado por una orden de Dios recibida a través de Moisés. Moisés ya le había asignado tierras a media tribu de Manasés en Basán, al este del río Jordán. Josué, por su parte, le asignó tierras a la otra mitad de Manasés, al oeste del Jordán, por lo que ellos se quedaron en Siló con el resto de los israelitas.
Josué los bendijo y los despidió, y ellos se fueron a sus tiendas.
Y bendiciéndolos, Josué los despidió, y se fueron a sus tiendas.
Y bendiciéndolos Josué, los envió: y ellos se fueron a sus tiendas.