Jericó estaba cerrada y atrancada por causa de los hijos de Israel. Nadie entraba ni salía.
Las *puertas de Jericó estaban bien aseguradas por temor a los israelitas; nadie podía salir o entrar.
El portón de la ciudad de Jericó se cerró y quedó bajo vigilancia para que no entraran los israelitas. Nadie podía entrar ni salir de la ciudad.
Jericó estaba cerrada a cal y canto por mielo a los israelitas: nadie salía ni entraba.
Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía.
PERO Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel: nadie entraba, ni salía.