Jesús le dijo: —Créeme, mujer, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
--Créeme, mujer, que se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre.
Jesús le contestó: —Créeme, mujer, pronto llegará el tiempo cuando, para adorar a Dios, nadie tendrá que venir a este cerro ni ir a Jerusalén.
Jesús le dice: «Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
Jesús le dice: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalem adoraréis al Padre.