Entonces volvieron a hablar al ciego: —Tú, ¿qué dices de él, puesto que te abrió los ojos? Y él dijo: —Que es profeta.
Por eso interrogaron de nuevo al ciego: --¿Y qué opinas tú de él? Fue a ti a quien te abrió los ojos. --Yo digo que es profeta --contestó.
Entonces le preguntaron al que había sido ciego: —Ya que ese hombre te dio la vista, ¿qué opinas de él? —Yo creo que es un profeta —les contestó.
Entonces le dicen otra vez al ciego: «¿Y tú qué dices de él, ya que te ha abierto los ojos?» El respondió: «Que es un profeta.»
Entonces volvieron a decirle al ciego: ¿Qué dices tú del que te abrió los ojos? Y él dijo: Que es profeta.
Vuelven a decir al ciego: ¿Tú qué dices del que abrió tus ojos? El dijo: Que es profeta.