y tú escuchaste mi plegaria; no cerraste tus oídos a mi clamor.
y tú atendiste mis ruegos; ¡escuchaste mi oración!
Tú oíste mi grito: «¡No cierres tu oído a mi oración que pide ayuda!»
/nOíste mi voz; no escondas tu oído al clamor de mis suspiros.
Oíste mi voz; no escondas tu oído a mi clamor, para mi respiro